Tipos de iluminación para el hogar. Foto de Eric Han en Unsplash.

Iluminación: el ingrediente secreto en el diseño de interiores

Una guía práctica para aprovechar al máximo la luz y los espacios de tu hogar

La iluminación es un componente fundamental en los ambientes del hogar.

Una luz adecuada puede hacer que un ambiente se vea más amplio, más atractivo, y mejor decorado. La luz impacta directamente en su funcionalidad, y si tomamos en consideración cómo interactúa la luz con nuestros sentidos y calidad de sueño; vemos que también es también capaz de influir en la calidad de vida que cada espacio nos brinda.

Luego del espacio y su intención, la iluminación es el ingrediente secreto más importante en el diseño de ambientes. Entonces, ¿cómo elegir el tipo de iluminación adecuado para cada estancia del hogar? ¡Revisémoslo a continuación!

¿Te has puesto a pensar en por qué se habla de “luz cálida” o “luz fría”?

Ninguna irradia más calor que la otra. Pero lo que sí hacen es iluminar con colores distintos que generan atmósferas distintas que pueden hacer sentir mayor “abrigo” (intimidad) o “frialdad” (practicidad) – como la diferencia entre la luz de velas, o la del fluorescente o led de una cocina, por ejemplo.

Para saber iluminar nuestra casa o departamento, la “temperatura” del color de la luz es un valor fundamental para tener en cuenta.

Este valor, que viene indicado en una unidad de medida de temperatura que se conoce como Kelvin (K), debe ser elegido en función de la actividad para la que se destina cada ambiente. Así, por ejemplo, algunas luces, llamadas “cálidas” invitan más al relajo y el descanso; mientras que los tonos “fríos” estimulan la concentración o son más adecuadas para el trabajo y la lectura.

La temperatura de la luz

La temperatura de la luz típica que se recomienda utilizar en un hogar varía entre los 2.700º y los 4.000º grados Kelvin (K) de acuerdo con el ambiente y, claro, gusto.

Estos números indican una diferencia importante de temperatura entre sí que se traduce tanto en colores distintos de luz, como en su efecto sobre el color, su percepción sobre el ambiente, y luminosidad. Pero ¿qué significa y para qué se recomienda cada rango de temperatura?

Temperatura y tipos de fuente de luz referencial
Temperaturas y fuentes de luz referenciales, sujetas a variación. Fuente: Wikipedia

Luz cálida: entre 2700º y 3500º K: Este rango de tonos de luz es adecuado para iluminar salas, dormitorios y zonas de estar. Al ser más tenue y de base amarilla, invita a la relajación y crea ambientes acogedores.

Blanco neutro: entre 3500º y 4500º K: Este rango se usa mucho como luz general utilitaria en viviendas y comercios. Es más recomendable para las cocinas y baños, ya que da brinda una iluminación de tono neutral, que no cambia la percepción de los colores ni exige a la vista a distinguirlos entre sí.

Blanco frío: entre los 5000º y 6500º K: Estas temperaturas de luz son las más adecuadas para iluminar áreas de trabajo (talleres, oficinas, clínicas). Su luminosidad y tonalidad invita a la concentración. Ayuda a no forzar la vista, y les da una mayor claridad a los objetos en el ambiente.

Tipos de iluminación y los ambientes del hogar

Los tipos de luz se clasifican según su temperatura de color. Pero, además, también se clasifican de acuerdo con su funcionalidad, ubicación y dirección que se le dé en los ambientes del hogar. Estos son:

Luz natural

el punto de partida para todas las decisiones de iluminación artificial que vayas a tomar. Lo primero que debes saber es que la calidad de este tipo de luz depende, principalmente, de la arquitectura. Su efectividad radica en la cantidad de luz de día que ingresa a un espacio sin producir deslumbramiento ni exceso de calor. Su buen uso, además, puede significar un importante ahorro de energía, aportar bienestar al usuario, e incluso incrementar el potencial estético de nuestro hogar.

“La luz natural es el punto de partida para todas las decisiones de iluminación artificial que vayas a tomar. Y depende, principalmente, de la arquitectura.”


Iluminación general

Brinda visibilidad básica a un espacio determinado, como, por ejemplo, con las lámparas de techo. Es importante que las luminarias destinadas a la iluminación general sean de bajo consumo ya que son las que más tiempo pasan encendidas. Además, estéticamente, es fundamental que no produzcan gran cantidad de sombras ni que deslumbren.

Iluminación ambiental

Son luces más tenues y su finalidad es crear determinadas atmósferas en una habitación. Dan calidez y hacen que la gente se sienta cómoda y acogida en un espacio, como las lámparas de pie en una sala, por ejemplo.

Iluminación puntual

Se utiliza para iluminar espacios concretos, donde es necesario contrarrestar las sombras, como, por ejemplo, áreas de trabajo (como escritorios) o de juego. Las lámparas que no generan mucho calor son ideales para este tipo de iluminación.

Iluminación de acento o “spots”

Se utiliza para iluminar espacios concretos, donde es necesario contrarrestar las sombras, como, por ejemplo, áreas de trabajo (como escritorios) o de juego. Las lámparas que no generan mucho calor son ideales para este tipo de iluminación.

Iluminación decorativa

Se usa para destacar determinados objetos o partes de una estructura del hogar independientemente del resto de la iluminación dispuesta en la habitación. Por ejemplo, este es el caso de los focos que iluminan un cuadro o las tiras led a los lados de algún mueble.

Iluminación para cada lugar de tu hogar

Los ambientes del hogar están diseñados para distintos tipos de actividades, y la luz influye directamente en ellos y nuestra capacidad para aprovecharlos.

El diseño de interiores comprende que la calidad de la luz impacta en la calidad de vida de las personas. Y por eso, saber combinar adecuadamente los tipos de luz en un ambiente es fundamental para crear espacios bien iluminados y funcionales.

A continuación, algunas ideas para iluminar tus ambientes para que contribuyan a tu bienestar:

Sala: aquí, crear sensaciones y un ambiente de relajación es primordial. La iluminación con diferentes puntos de luz mediante la combinación de lámparas de pie con colgantes y lámparas de mesa son tu alternativa. Evita la luz general y los focos sin pantalla, ya que desvían la atención y crean una sensación fría.

Comedor: la mesa del comedor se considera un espacio en sí mismo, independientemente de si comparte un ambiente o está en una zona propia. Lo ideal es una lámpara de techo que ilumine de manera general la mesa y el resto del ambiente. La colocación de una luminaria colgante sobre la mesa es una excelente alternativa de diseño.

Cocina: uno de los ambientes de mayor actividad en el hogar. Requiere iluminación directa mediante luz neutra general, colocada en el techo. Hoy, el espacio está viendo una transición de fluorescentes hacia LEDs por su consumo reducido y mayor tiempo de vida. También pueden disponerse luces directas más cálidas, por ejemplo, en el comedor de diario o la barra para desayunos, si los hubiera. TIP: En las zonas de trabajo, los focos directos bajo los reposteros son ideales.

Dormitorio: el espacio de descanso es hoy también un lugar de lectura, televisión, y horas de estudio y trabajo remoto. La iluminación más apropiada combina una luz general con una luz ambiental, ya sea con una lámpara de escritorio o alguna que combine con la decoración. TIP: Los focos direccionados al techo crean un efecto relajante, que puede ayudar al descanso.

En los baños, un error común es colocar una luz sobre el espejo del lavamanos, lo cual crea sombras que distorsionan el reflejo.


Baño:
se recomienda luz general neutra – lo más natural posible – complementada con luz direccionada en distintos interruptores para tener mejor control sobre ellas. Un error común es colocar una luz sobre el espejo del lavamanos, lo cual crea sombras que distorsionan el reflejo. Para evitarlo, coloca las luces a los laterales.

Pasillos y recibo: una luz cálida y puntual es suficiente para estos espacios. Es ideal evitar las luces con focos de techo ya que generan contrastes de luz y sombra, restan calidez y visibilidad.

Elegir la temperatura y el tipo de luz adecuados para cada espacio de la casa puede marcar la diferencia en cómo nos sentimos en nuestro propio hogar.

Si aprendes a identificar bien las opciones y a seleccionar aquellas que se acomodan mejor a tus necesidades, sin duda, habrás dado un gran paso para tu bienestar y el de tu familia.

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